Cuando un niño o niña tiene miedo, es difícil saber los motivos. La respuesta la podemos llegar a obtener gracias a la capacidad que tenemos los padres de escuchar, de observar y de aprender a manejar la situación de la mejor manera posible. No siempre los padres tenemos la razón y si nos convertimos en protectores no dejamos a nuestros hijos e hijas desarrollar la gran capacidad que tienen para enfrentarse a ciertas situaciones que se presentan en la vida diaria. Por ejemplo, un niño tiene miedo "a algo", y lo transmite a través de una conducta agresiva (pegar, gritar, ...), si cada vez que pega, evitamos que acuda a esos lugares dónde es conflictivo (equipo de fútbol, karate, baloncesto, ...)le negamos la oportunidad de enfrente a sus propios miedos y aprender a manejar estas situaciones. Es difícil valorar si de verdad no le gusta la actividad o sí tiene miedo a la actividad en sí o a lo que ésta conlleva:relacionarse con los demás, ganar o perder, compartir, etc. ¿Qué pueden hacer los educadores? Primero demostrarle que la actividad que está realizando es buena y que además tiene capacidad para desarrollarla. Que cualquier cosa que haga su esfuerzo es importante y sobre todo su actitud. Si a pesar de ello sigue con su conducta agresiva, se le puede castigar en consecuencia. El castigo no debe servir para que se sienta menos que los demás, sino dirigirlo a pensar acerca de si quiere o no seguir haciendo esa actividad: motivos de porque le gusta la actividad y quiere seguir con ella. ¿Cuántas veces debemos intentarlo? todas las que sea posible hasta que el quiera pelear por entrar en el grupo o estar convencido de querer dejarlo. ¡Al menos hay que intentarlo! Si definitivamente no quiere seguir ... es cuestión de parar y meditar las razones. Si se deja algo, tiene que ser muy convencido.
Cada persona tiene sus propias herramientas o mecanismos para enfrentarse a sus miedos. Podemos "tirarnos a la piscina" o "meternos poco a poco". Si hemos entrado en una espiral dónde no reconocemos nuestros miedos, no sabemos que hacer o andamos perdidos. Existen profesionales que pueden encaminarnos. Podemos apoyarnos en los demás. Por supuesto éste tema da para mucho y supongo que todos no tendremos los mismos métodos. ¡Cuéntame los tuyos!
Cada persona tiene sus propias herramientas o mecanismos para enfrentarse a sus miedos. Podemos "tirarnos a la piscina" o "meternos poco a poco". Si hemos entrado en una espiral dónde no reconocemos nuestros miedos, no sabemos que hacer o andamos perdidos. Existen profesionales que pueden encaminarnos. Podemos apoyarnos en los demás. Por supuesto éste tema da para mucho y supongo que todos no tendremos los mismos métodos. ¡Cuéntame los tuyos!
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