martes, 12 de abril de 2016

LA FRUSTRACIÓN DE EDUCAR A NUESTROS HIJOS E HIJAS

Las personas siempre tienden a aprender aquellos que les motiva. La cuestión no es enseñarles a multiplicar, o a leer, o matemáticas, o…. la cuestión es enseñarles a estar motivados y motivadas por aquello que hacen.

Para que las personas estén motivadas por algo, tienen que tener el fiel conocimiento de que son capaces de hacerlo y que además, les va a aportar algo importante en sus vidas. Aquellos que con poco esfuerzo consiguen buenos resultados ¡Es muy sencillo! (Sin quitarles el mérito que merecen), pero cuando las personas necesitan mucho esfuerzo para realizar sus tareas diarias, es más difícil y nos lleva mucha más atención. NO IMPOSIBLE, requiere constancia y esfuerzo. 

Si les convencemos de que “no” son capaces de hacer solos las cosas, estas personas se frustran y no logran ni siquiera pensar que pueden hacerlo,  ni siquiera se centran en memorizar un tema, porque su pensamiento se dirige a “no puedo”.

Los padres y madres,  perdemos los papeles de tal forma que bloqueamos a nuestros hijos e hijas con nuestros miedos, con nuestras reacciones incontroladas y que tienden a bajar la autoestima a los hijos e hijas de tal forma que vamos dejando un desgaste personal a todas las personas que interactúan en nuestro medio.

Tendemos a contar nuestra situación, a modo de válvula de escape, a todas las personas que nos rodean, incluso a aquellos que ni siquiera saben nada de nosotros, nos justificamos cuando vemos que nuestros hijos no están dentro de lo que muchos consideran "normal". Con esto logramos a corto plazo satisfacernos, al menos, a nosotros mismos pero… a largo plazo vamos dejando a nuestros hijos un estigma, una serie de calificativos que carga más su mochila de emociones contradictorias.

¿Qué podemos hacer? la vida no acaba hoy, tenemos la gran suerte de que el tiempo sigue corriendo, seguimos teniendo plazos y más plazos… pero eso sí, tenemos que ser serios y responsables, ya que nuestros hijos e hijas, archivan esos sentimientos de frustración que les transmitimos y entonces la terapia para hacerles que ese pensamiento cambie será más complicado.

Tenemos un compromiso y tenemos que utilizar estrategias inteligentes para que nuestros hijos se MOTIVEN de alguna forma y que cuando se pongan frente a una actividad sepan que son capaces. ¡Esa es nuestra misión!, no la de estar corrigiendo sus errores.

¿Qué estrategias son esas?, es difícil saberlo porque cada caso es diferente, tenemos que utilizar la información que tenemos: nuestro hijo es voluntarioso, es despistado, es constante, nosotros somos pacientes, nerviosos, tenemos tiempo…. A partir de ahí utilizar las estrategias…. Marcar unos acuerdos y esperar a que poco a poco se vayan cumpliendo y vaya dando resultados. No pido que tengamos “Paciencia”, esa palabra ya no significa nada, la oímos tantas veces que hemos perdido el significado real de su sentido; Pido confianza, calma y esperar.


Amamos con todo nuestro ser a nuestros hijos e hijas, los queremos tanto que pretendemos que sean perfectos y realmente no lo son, en eso se parecen a nosotros y nosotras. ¿Eres perfecto?, tu respuesta seguro que es NO. Solo te queda meditar, profundizar y ponerte a la acción.